La miel de abeja es altamente energética y ello activa de inmediato la potencia de nuestra memoria. Además de ser rica en fósforo, cobre, zinc, magnesio y hierro, lo es también en calcio y, es más, ayuda a que nuestro cerebro lo absorba de una mejor manera lo que trae como consecuencia la posibilidad de no padecer demencia en el futuro.