Al examinar de cerca una cucharadita de miel, además de la glucosa y fructosa se encuentra un alto contenido de minerales como hierro, fósforo y sodio, complejo B, aminoácidos y enzimas como la inhibina y el ácido fólico, con componentes antibióticos que hacen que, combinada con limón, sea el jarabe perfecto para la tos.
Además, estos mismos componentes permiten regular el colesterol y fortalecer el músculo cardiaco. Por otro lado, en el proceso de descomposición del néctar por medio de las enzimas propias de la saliva de la abeja, se produce peróxido de hidrógeno y una proteína conocida como defensin-1, que la reviste con propiedades antibacteriales y antisépticas.
También es altamente recomendada para el tratamiento del acné y para la cicatrización de quemaduras y heridas.